Conversaciones sobre Climaterio y Menopausia
Creo profundamente que una de las mejores cosas que podemos hacer las mujeres es acercarnos a otras mujeres.
Y si tenemos la posibilidad, acercarnos con curiosidad, a mujeres que han vivido más que nosotras. A mujeres que han vivido el cambio, transformándose, que se han demostrado a ellas mismas que la mujer tiene una nueva posibilidad al entregarse a vivir su menopausia con conciencia y sin miedo, acercándose con fuerza a la madurez.
Dentro de la mujer, vive otra mujer, que sabemos que está ahí desde siempre, la que nos cuida y nos abraza cuando la confianza está borrosa, la que se reconoce como un todo que funciona como un ecosistema saludable, la que sabe cual es su lugar en el mundo, la que sabe habitarse libre y segura. Pero si no le abrimos la pue rta y le damos una cálida bienvenida, no vamos a poder mirarla nunca a los ojos y disfrutarla como nos merecemos.
No podemos dejar escapar el momento de seguir sintiéndonos vivas, poderosas y humildes, para convertirnos en almas que nutren la vida enriqueciéndola todavía más.
Cada mujer tiene una historia que contar.
Para esta primera conversación he reunido a tres mujeres de mi vida a las que adoro:
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- Lola Alors, que enciende poderosas “Candelas” en su cocina creativa y con su dulzura y tozudez nos recuerda con sus platos todo lo que de capaz de hacer.
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- Yvonne Bacas, tejedora de artistas. Cautivadora instantánea con su presencia amorosa y su humilde y chispeante sensibilidad.
- Olga Sanz, arquitecta de cuerpos en movimiento. Destella confianza en la vida a través de su baile.
Tres excepcionales mujeres que ya han transitado su menopausia nos cuentan cómo fue su experiencia al hacer este cambio.
Lola Alors, que enciende poderosas “Candelas” en su cocina creativa. Yvonne Bacas, tejedora de artistas y Olga Sanz, arquitecta de cuerpos en movimiento. Tres excepcionales mujeres que ya han transitado su menopausia nos cuentan cómo fue su experiencia al hacer este cambio.
AMOR – Agradezco que estéis aquí y que compartáis vuestras vivencias en este periodo de vuestra vida con La Bici Roja, un proyecto que nace con la intención de ayudar a abordar nuestros cambios fisiológicos como algo natural, cómo algo orgánico, desde donde podemos aprender, ampliar conocimiento, amar nuestro cuerpo y evolucionar.
El climaterio y la menopausia son un tiempo de transformación en el que, como en cualquier etapa, pueden surgir problemas, pero también bienestar si cuidamos todos los espacios importantes de la vida. Sin embargo vemos que es un período que es abordado enfocándose en lo patológico y que además parece reducirse a abordar y tratar únicamente todo lo relacionado con los cambios físicos. De hecho el climaterio, es un periodo prácticamente invisible para muchas mujeres, y también para el sistema médico y se puede llegar a confundir con la menopausia. Por si alguien que nos lee tiene también esta confusión aclaro que el climaterio es el periodo también llamado perimenopausia, y es el periodo en el que la mujer empieza a notar ciertos cambios que le van hablando que su menopausia va a llegar, pero este periodo puede empezar incluso 10 años antes de que se produzca el fin total del sangrado, por eso es importante que toda mujer esté atenta a su propia transformación, ya que en cada mujer será diferente y tendrá una duración determinada, no hay reglas. Cuando ha pasado un año sin que la mujer esté sin menstruar podemos decir que ya tenemos la menopausia.
Sabemos de todas las transformaciones que se producen en el cuerpo en estas etapas y que se expresan no solo en sensaciones físicas sino también en las formas de pensar y de sentir.
Cambios físicos
En cuanto a los cambios físicos, ¿cuál ha sido vuestra vivencia?
YVONNE– Hubo un cambio de los 40 a los 50. A partir de ahí tuve mi menopausia, unos pocos sofocos pero nada especial (físicamente). Entonces fue cuando rompí con mi pareja definitivamente. Le dije que no me aportaba nada y que yo si le había aportado mucho. Engordé 12 kilos. Yo era muy flaca y la energía me la estaban quitando por todos lados, me sentía como comprimida por dentro. No me permitía relajarme, soltar la tripa, estaba con cierta tensión. Engordé y me pareció estupendo sentirme “redondita” y con “mollitas”, me sentí como más mujer con esa voluptuosidad. Y a partir de ese momento yo empiezo a respetarme, a conocerme y a ponerme en primer lugar y no detrás y escondiéndome. Me toca dar la cara a nivel social, laboral etc. Y me llegó mi momento como ser humano y como mujer . Me encontraba en el lugar donde me correspondía, y asumí, a pesar de mi timidez y del pánico escénico, que tenía que enfrentarme a ello y superarlo como había superado otras cosas, afianzándome.
LOLA -¿No has tenido dolor de articulaciones?
YVONNE– No, solo el aumento de peso. He perdido flexibilidad, las caderas las noto más cerradas pero mi cuerpo responde todavía. Ahora he vuelto a retomar la barra de ballet, los ejercicios en barra, pilates,… Me doy cuenta de cómo recupero la memoria de mi cuerpo, cómo vuelvo a sentir hasta el dedo gordo. Eso lo vamos perdiendo pero cuando lo vas recuperando te vuelves a sentir a ti misma, y no desde la exigencia. Y lo disfruto mucho.
AMOR – Creemos que todas las mujeres tenemos que pasar por los sofocos, dolores articulares, ansiedad, etc. por la misma cadena de síntomas y no es así. Está claro que cada una vive sus procesos según sus condicionamientos y creencias y de las ganas que tenga de poder evolucionar, a pesar de los síntomas que pueda estar sufriendo. Somos una rica diversidad y cada cuerpo tiene un lenguaje particular, al igual que cada una tiene una historia, no hay ninguna mejor ni peor, todas son historias vividas y todas merecen ser contadas si les damos voz.
OLGA – Aprovecho la pregunta para presentarme; soy Olga y estoy a punto de cumplir 57 años y tengo la menopausia desde hace muy poquito. Se me ha alargado bastante, también dicen que esto tiene que ver con las ancestras; así fue para mi madre y mi abuela. Mi madre me decía que estuviera tranquila, porque a ella se le alargó mucho también. A mi madre le encantaba hablar del tema porque ella no lo habló nunca con su madre. Yo le pregunto: ¿Cómo lo viviste? Y siento un contacto con ella muy bonito desde ese punto.
En lo que es la parte física que es de lo que estamos hablando yo si he notado cambios y muchos; quizá porque trabajo con lo psico-corporal ha sido un proceso totalmente consciente. Me han ayudado los libros que he tenido en mis manos y me di cuenta de que todo el proceso de revolución corporal corresponde a ese momento. Como ejemplo el libro de Christine Nortrhup “La Sabiduría de la Menopausia”.
LOLA – Yo no era consciente de que estaba en la perimenopausia, (Climaterio) ni cuando llegó la menopausia, pero si era consciente de los cambios que se estaban produciendo en mi interior. Poco a poco empecé a sentir que no me sentía bien con mi vida. Rompí con la pareja que tenía en ese momento, empecé a aprender el estar sin hacer nada, a estar conmigo misma. Durante un año me sentía que no sabía dónde me podía ubicar, fue como empezar un nuevo ciclo, pero antes sentí un vacío y miedo porque no sabía por dónde tenía que seguir mi vida.
Mi hija me decía que mi carácter sí cambió, que estaba irritable, pero yo no fui muy consciente de ello. Poco a poco y con mucho esfuerzo durante esa época rompí con mi forma de relacionarme con los hombres y digamos que empecé de nuevo una vez más, otra vez más…
OLGA – Yo con 45 años me separé enamorada y digo esto porque es importante. Dije: -Mira, ¡ya está! hasta aquí he llegado en este periodo de mi vida. No fue fácil; esto sucedió tras un largo proceso de no sentirme plenamente en mí vida; de sentir que seguía el proyecto de la otra persona desatendiendo mi propio llamado. Confiaba que esto no llevará a una separación total; pero llega un momento que hay que seguir el camino del alma, arriesgar y el otro no siempre acompaña. No me quedó otra que reordenar mi vida y recomenzar; en aquel entonces yo sabía muy poco sobre la perimenopausia, momento previo a la menopausia me atrevería a decir que más importante incluso y dónde empieza todo.
Había algo muy profundo. Una necesidad de reafirmarme, de ver donde estaba yo conmigo misma sin la familia, qué lugar ocupaba en el mundo y encontrarme conmigo misma.
Mi cuerpo había empezado a cambiar, ya no tenía los 48 kilos de bailarina, me hinché; me sentía mal cómo en un cuerpo enajenado que no era el mío. No con todas las mujeres es así, algunas adelgazan pero no fue así para mí. Yo hoy por hoy todavía no acabo de renocerme en mi cuerpo, me miro en el espejo y todavía me abrumo porque una cosa es la imagen que éste me devuelve y otra la energía, la vitalidad y la soltura con la cual me siento; con más cuerpo en el sentido de más presencia.
Siento como una fuerza muy poderosa y además durante todo este tiempo tuve la suerte de estar acompañada por Rio Abierto, estaba en la formación del movimiento expresivo y todos estos cambios físicos a mí me ayudan mucho para ver otra Olga con una nueva estructura. Posiblemente sea más bailarina ahora que cuando bailaba contemporáneo.
Junto a estos cambios físicos engordé 10 kilos y además me diagnosticaron un hipotiroidismo subclínico que fue lo que me hizo poner mucha más conciencia; yo lo llamo “psico-tiroidismo”, no tuve que tomar medicación y al llevar ahí la atención y la comprensión de que me estaba diciendo la enfermedad empecé a poner un nuevo orden en mi vida; saliendo de la zona de confort y dándome nuevas oportunidades amorosas y profesionales.
Gracias a todo eso estoy en un momento profesional excelente, con mucha claridad y seguridad; valorándome más a mí misma. Todo a la par, lo físico, lo emocional y lo mental; incluyendo la reivindicación de que podemos ser mujeres maduras y hermosas, todo al natural, hasta mi pelo blanco; me siento atractiva, bonita y muy bien actualmente. Cuidado la alimentación y con una buena suplementación de calidad apenas he tenido casi sofocos. En el libro de La Sabiduría de la Menopausia, una mujer decía que los sofocos eran oleadas de poder, me gustó mucho, es un cambio no siempre fácil pero muy potente. Hay muchas cosas paralelas buenísimas y que no cambiaría por volver a tener unos años menos, momentos de ir aceptando y reconociendo porque hay días que te miras al espejo y me veo cansada y vieja. Pienso que también hay cómo una espacie de duelo hacia la pérdida también la de la juventud; no lo digo cómo algo negativo sino para dar el espacio a esa parte de duelo porque si una mujer se atreve a vivir esta etapa con todo lo que implica es cuando abrimos la puerta a la sabiduría de la madurez. Hay que ser valiente.
AMOR – En nuestra cultura hay algo que me sigue sorprendiendo por todos los mensajes que se reciben con respecto a la mujer madura. En nuestra cultura y en muchísimas otras se sigue viendo a la mujer madura como la mujer sufridora, no solo en la menopausia, aunque quizá más en esa edad, en ese tránsito, porque hay mucho más anclaje.
Al parecer hay que vivir con ese rol de mujer sufridora, y con todo lo que implica esa carga cultural desde lo físico, lo emocional, lo psicológico, etc. En nuestra sociedad patriarcal está normalizado, vivimos estereotipadas
Nos quedamos encapsuladas en lo emocional, sintiéndonos víctimas de nuestra propia historia, dependiendo de lo externo y sin cultivar una mayor conciencia de nuestra propia evolución. Hay que tener mucho coraje para desprenderse de esa ropa vieja y dejarle ver al mundo toda tu experiencia desde una actitud serena, alegre, segura, conectada con la vida.
¿Os ha sido fácil liberaros de esa creencia que está tan presente? Una toma de conciencia de su propio proceso y evidentemente esa creencia es algo que nos rodea en nuestro entorno.
Relaciones y generaciones.
¿Cómo os ha afectado, con la pareja, con amistades, con familiares? También hay una línea ancestral. ¿Cómo vives ese cambio? ¿Cómo lo ha vivido tu madre? ¿Y tu abuela? ¿Con esa carga de mujer sufridora también
LOLA – Yo muy mal, mi madre aún vive y ella es una sufridora total esta tal punto que se crea situaciones inexistentes para sufrir cuando no tiene motivos. Se alimenta con el sufrimiento, y es una creencia que tiene desde siempre, está convencida de que si eres feliz recibirás un castigo de Dios, pero no es fe lo que le mueve sino una superstición que lleva consigo todo la vida. Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños no nos permitía reír, cantar, bailar o alegrarnos por algo, nos pegaba si lo hacíamos. Esto ha creado mucho mal en mi vida, en mis relaciones de pareja con mis familiares, mis hijas, etc. Aún hoy cuando estoy feliz no puedo evitar tener un pensamiento de cierta culpa. Sé que una cosa es lo que hemos adquirido en nuestra educación, los hábitos que nos enseñan, que nos dicen lo que debemos ser y lo que no, y otra muy distinta lo que somos en realidad. Cada uno de nosotros como persona, nuestro ser que está ahí siempre queriendo salir, y luchando con esa controversia de esto me han dicho que está bien, pero esto no es lo que quiero. Si no tomamos conciencia de ello, para poder ir reeducándonos poco a poco y cambiar todo lo que no queremos en nuestra vida, nos sentimos siempre angustiadas, infelices e inseguras y lo peor es que si no vamos rompiendo con esos hábitos que nos hacen infelices se los seguimos transmitiendo a nuestros hijos-as. Me he sentido muy angustiada casi toda mi vida por esa contradicción dentro de mí, lo que me dicen que debo ser sentir, y lo que yo deseo. Me he dado cuenta del agotamiento que me ha producido esta situación . Ahora soy yo misma, voy aprendiendo y reconociendo, y lo más importante, reeducándome y riéndome.
YVONNE – En mi familia las mujeres son muy poderosas pero, ¿para qué nos sirve? Yo a los cuarenta años empecé a tener problemas con mi pareja, me casé muy joven y tuve una hija, a los 27 ya me divorcié. Actualmente tengo otra pareja pero cada uno vive su vida. Yo me pregunto: ¿por qué tengo que hacer cosas que no me gustan? Parece que la pareja te tiene que salvar de algo, y no es así, esta en tí. Creo que eso está en tu ADN.
Durante generaciones, las mujeres no se han atrevido a hacer cosas que van a favor de lo que piensan y sienten como mujer y como ser humano.
Es ancestral, nos lo han inculcado desde el nacimiento, te educaban de manera diferente si eras niño o niña y en función de ello hemos vivido toda la vida con esos patrones. El papel de cuidadora a mí ya es que no me va más. Las personas que somos más conscientes tenemos la misión de sanar todo lo ancestral. Cuando sabes quién eres consigues escucharte y ponerte en primer lugar, y con ello tu obligación es ir sanando a otras personas que van detrás de ti, rompiendo esa cadena de hábitos de sufrimiento. Es muy importante hablar de todo esto con otras mujeres para poder crear un cambio en la conciencia colectiva. Nuestras madres no nos enseñaban sobre temas como la sexualidad etc…, tuvimos que aprender solas, y eso podemos y debemos cambiarlo. Es muy duro no saber lo que es un abrazo de una madre. Las mujeres debemos respetarnos y solo podemos hacerlo cuando te respetas a ti misma. Sí que somos mujeres sufridoras, pero ahora en esta generación tenemos esa conciencia para dar ese paso e ir cambiándolo. Y que las mujeres venideras sepan que tienen un valor inagotable.
OLGA – Yo voy por etapas, las mujeres vienen muy cañeras evidentemente para evolucionar, pero yo lo he ido viviendo en etapas. Vengo de una familia muy sufridora, mi abuela se quedó viuda de guerra, mi madre se quedó viuda cuando tenía 37 años, yo tenía 7 años. Mi madre se quedó con tres hijos, no teníamos problemas económicos pero si todo el drama. No se hablaba de mi padre, todas sus fotos y cosas personales estaban cerradas en un armario, mi hermano y yo nos metíamos en la habitación de mi madre para ver las cosas de mi padre, tocarlas y estar en contacto con él de alguna manera. Más tarde mi separación la viví así, fue como si me hubiese quedado viuda, conecté mucho con este dolor y este sufrimiento de mi madre y abuela tan ancestral, la soledad. Llega un momento sin embargo en que hay que tomar la decisión conscientemente de soltar los lazos, de sanar para todas; ellas no rehicieron su vida emocional y afectiva en pareja; fue su decisión y no tiene que ser la mía. La fidelidad a la familia va a un nivel interno muy profundo; es necesario hacerlo consciente. El sufrimiento está porque estoy viva pero no entro tanto en el drama porque algo ha cambiado.
La relación con mi madre ha mejorado mucho ahora, ella ha remontado, pinta, hace muchas actividades y a sus 87 años esta estupenda.
AMOR – Vuestra generación ha hecho un esfuerzo para cambiar muchas cosas, ganó mucho y también perdió mucho. La nuestra todavía está haciendo un colage de pasado y presente y las mujeres más jóvenes ya lo tienen más claro y recogen parte de todo este esfuerzo. Está claro que estamos haciendo un cambio. Es evolutivo, es lento, pero va haciéndose, sin forzarlo.
OLGA – Es cuestión de conciencia, eso está ahí. Yo lo voy transmitiendo a mis alumnas, es una cuestión que está presente.
YVONNE – Por supuesto tenemos la obligación de hacerlo, pero no solo como mujer si no como seres humanos porque los hombres también están ahí, de eso no se habla y ellos también tienen sus movidas. Deben educarnos sin límites, con respeto dentro de la familia, no importa si eres hombre o mujer, puedes ser lo que quieras, nadie puede imponerte lo que debes hacer o no hacer.
AMOR – Muchas mujeres nos hablan de que la menopausia es un momento muy importante, de sabiduría, de una muerte psicológica. Que una vez superados estos cambios vas a ser más consciente y va a atender más tus necesidades y podrás desprenderte de muchos apegos. Que los valores humanos se puedan acentuar , que vas a tener un mayor sentido sobre la justicia, sobre la desigualdad y que consciente o inconscientemente se van a hacer los movimientos de aquello que no esté bien en la vida .Que se empieza a reaccionar más desde el corazón. Podemos decir que se inicia una etapa donde una vive más coherentemente a sus propios valores, ¿Quizá más espiritual? ¿Cómo vivís esto?
OLGA- Te vas haciendo más terrenal y hay un mayor conocimiento de lo espiritual en la vida, hay una conexión con la parte más espiritual de que todo va a estar bien. Una mayor conciencia, una confianza de que la vida misma te sustenta. Esta sensación hace un año yo no la tenía. Aparece una confianza plena en la vida y te rindes a ella.
YVONNE – Yo lo he vivido desde un punto de vista muy libre. Ahora tengo mis proyectos, cada vez más proyectos que me vuelven a plantear la esencia de la mujer, con mujeres, viendo y dando una aportación a lo que es el mundo de la cultura, del arte. Me interesa mucho el por qué una mujer compone música etc…, el por qué…Me interesan tanto los proyectos en los cuales comparto con mujeres porque al fin y al cabo hablamos el mismo idioma y es una sensación de empoderamiento. La sabiduría de una y otra hace que sumemos y en lugar de la invisibilidad que quieren que suframos estamos muy presentes. Para mi es el momento más feliz de mi vida porque he aprendido a viajar sin maletas, sin mochila. Antes era tan exigente conmigo misma que siempre quería estar en todo en todo momento. Ahora me siento totalmente libre y hago y digo lo que me da la gana y a quien no lo guste lo siento, es mi vida, mi experiencia.
Desde entonces mi mundo es diferente, todo lo percibo de otra manera y mejor, ahora me encuentro con otro tipo de hombres, hombres que te escuchan, que te admiran y que también aman a la mujer en este momento. Ahora está naciendo un hombre nuevo. Hay un cambio y eso tenemos que ponerlo en valor, porque eso dará paso a que se normalice ese hombre diferente que acompaña , y nosotras también les acompañaremos a ellos, porque ellos tienen una sexualidad que es tan visible que les toca mucho. Ellos también tienen sus historias, se trata de ser seres humanos que nos vamos acompañando.
AMOR – Ya hay un cambio, muchos hombres están buscando también su lugar de respeto dentro de la sociedad patriarcal. Su carga entre otras es salir del patrón de tener éxito continuo. También están buscando rumbo, dirección, soltando lastres y estereotipos que también les han perjudicado , porque todas y todos hemos recibido la misma educación distorsionada de nuestra naturaleza esencial.
OLGA – Hay que hablar de la sabiduría del hombre, también yo me encuentro con hombres que me están respetando y eso hay que valorarlo.
YVONNE – Vas aprendiendo lo que es importante y lo que no y haces una selección, te haces más empática.
Sexualidad.
AMOR- ¿Cómo vivís vuestra sexualidad? ¿Es diferente a cuando erais cíclicas?
OLGA – Yo fui descubriendo la sexualidad poco a poco. Cierto que fué en el contacto con el otro y cuando me enamoré fue un descubrimiento fantástico y descubrí mi propia sexualidad. Después de mi separación tuve otras experiencias con personas de otras culturas y yo me sentía además más hecha, más redonda como mujer y lo he vivido de una forma muy bonita y muy plena. Ahora para mí la sexualidad tiene que ir unida con el amor.
LOLA – Para mí la sexualidad desde muy pronto fue la vía por donde recibía cariño, amor, para suplir esa carencia afectiva que no tuve de niña. Por ello mis relaciones de pareja han sido intensas, complicadas, necesitaba sexo cada día porque era la única forma de sentirme querida. Mi inseguridad, mi miedo a no ser querida, me ha costado mucho conflicto de pareja. Ahora que ya no me siento así me doy cuenta del gran agotamiento físico y emocional al que me ha llevado la situación. Yo quería ser perfecta, la mejor amante, la mejor amiga la mejor mujer, así mi pareja no me dejaría ni se iría con otra, era agotador… Por suerte, en este momento de mi vida lo que más siento es serenidad, ha cambiado mi forma de percibir el amor, he madurado emocionalmente, me respeto, digo NO y vivo mi vida como quiero y me gusta, sin ningún tipo de influencia de nadie. Me siento en paz con todos y vivo y dejo vivir respetando a codo uno en su espacio.
AMOR – Creo que la diversidad es la palabra clave. Cada un@ puede vivir r su sexualidad como realmente la sienta. Vivir su experiencia cómo le plazca y dejar de seguir creencias limitantes o comparativas y competitivas.
Para mí la evolución depende de cómo llenar esos vacíos, de aceptar esa biodiversidad, sin esas claves que rigen que todas tenemos que ir hacia un mismo lado para evolucionar. Y que ese vacío se llene de experiencias reales de cada una ¿Cómo creéis que se puede aportar de una forma consciente para que ese cambio vaya hacia adelante, para que sigamos evolucionando? Por una parte evidentemente vamos en evolución, pero yo creo que hay subterráneos que están saliendo hacia fuera que son involutivos. ¿Cómo suponéis que se puede instalar ese cambio social?
¿Crees que tu experiencia puede aportar algo a tu cultura, de qué forma? ¿Crees que la mujer madura puede aportar un cambio social acerca de cómo respetar el cuerpo y los procesos vitales? ¿Cómo?
YVONNE – Dar visibilidad a que simplemente estás viviendo unos ciclos. Estando en la educación en el momento en que empezamos a educar a personitas. Hay que educarlas con el máximo respeto , la máxima tolerancia y con ello se quitan los tópicos, estereotipos de que la mujer debe tener un cuerpo 10 y así vamos derrumbando los mitos físicos, el físico es importante pero no hay que sobre valorarlo por tanto.
¿Dónde hay que ir? a esa parte quizá no tan corpórea que las cosas sean sentidas, que compartan con las personas lo verdaderamente importante de la vida, otra visibilidad a que todos los ciclos de la vida son importantes, hay que tratar el nacimiento y la muerte con normalidad y sobre todo no tener miedo a la propia evolución y a expresarse con normalidad.
Otras experiencias.
AMOR –¿Desde el arte como crees tú que puedes?
YVONNE – El artista hace terapia constante, se mete en su mundo, se tiene que sentir antes de expresar cualquier tipo de disciplina. Hay una revolución porque la mujer ha llegado ya a la cultura, eso significa que tenemos que llegar a sitios donde ella decida, que no haya paridad, a nivel de conocimientos da igual que seas hombre o mujer. Ahora está ocurriendo que en lugares de decisión hay más mujeres, con lo cual si hay un cambio ya lo vemos desde el prisma y el sentir de la mujer, que es diferente.
OLGA – Más allá del tema de mujeres, el mundo laboral está revolucionando, nosotras elegimos si queremos quedarnos en casa cuidando a nuestros hijos o ir a trabajar, es desde la persona. Desde el colectivo se está movilizando por todos los medios que hay y cada vez estamos más concienciados de ello. Un hombre puede decidir cuidar a sus hijos y que la mujer vaya a trabajar y si la mujer decide quedarse en casa desde ahí también puede estar activa en otros ámbitos, aprender y muchas cosas más, no tiene que limitarse solo a criar. Cada uno tiene que mostrar en la sociedad su propia experiencia. La revolución si nace de lo individual, pero para que haya un impacto social y cultural es el colectivo. Crear proyectos que difundan, aprovechar las redes sociales, aun sabiendo sus inconvenientes, aprovechar el medio, que salgamos a la calle, dar voz.
YVONNE – La sociedad tiene que mostrar nuestra experiencia. Pero muchas veces las mujeres somos el peor enemigo de las propias mujeres. Pensaba que esto estaba más limado pero todavía me chirria que no nos apreciemos más entre nosotras. Hay que tener el corazón limpio y saber qué somos, que no pretendemos nada, que simplemente queremos vivir, que se nos reconozca dignamente, que ser mujer es simplemente ser mujer, ser humano.
OLGA – Hay mujeres muy manipuladoras y eso es una realidad y no le vamos a echar siempre la culpa al hombre. Encuentro que en otras culturas existe mucha más solidaridad entre las mujeres.
AMOR – Está claro, que el patriarcado no es algo genérico ya actualmente. Que es cuestión de realidades, y como cada un@ aprovecha sus recursos naturales.
Y que el maltrato masculino sigue siendo un tabú, hasta que ellos se decidan a hablar abiertamente. Conozco una asociación que trabaja con hombres maltratados y muchas veces son ellos los que no aceptan su vulnerabilidad para expresarse. Por eso son realidades aún desconocidas. Pero las estadísticas siguen siendo mayores en la mujer maltratada, especialmente en otras culturas menos dinámicas que la nuestra, por eso nos seguimos centrando más en la mujer y sus procesos. Y es real que las mujeres llevamos sufriendo mucho a lo largo de la historia.
YVONNE – Abogo por el sentido común, y no dejarnos llevar por la historia. Tenemos que reparar y que cuidar, desde la conciencia de ser humano, y desde ahí se tienen que hacer las leyes y todo lo que hagamos en la vida, y la sociedad tiene que ir a ese son. Que dejemos de ser crueles, porque la historia está llena de hombres y mujeres crueles.
AMOR – Aunque debiéramos ampliar estos términos y extrapolar el sexo, y hablar de Conciencia Femenina, que es aquella que se acerca al diálogo y no a la confrontación, que sigue un instinto de entrega amorosa y compasiva, que suma, que incorpora, que empatiza, que nutre, que cuida y crea y que está en constante movimiento y cambio. Y en esa conciencia ampliada habitamos mujeres y hombres.
LOLA – Para mí lo más importantes la educación, que desde bien pequeñas las niñas conozcan sin miedo su menstruación y se les hable de la menopausia.
AMOR– ¡Que así sea! La Bici Roja pondrá su granito de arena.
Os agradezco profundamente vuestra entrega y generosidad con esta pequeña charla tan nutritiva, y que podáis aportar con vuestra vivencia a este proyecto para que otras mujeres puedan beber de vuestra enriquecedora experiencia.
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