Tanto en el momento de la menopausia como en los años anteriores la mujer se verá provocada por cambios hormonales y cerebrales.
Existen pruebas científicas de los cambios cerebrales que comienzan a producirse durante la perimenopausia (los años previos a la Menopausia). Las diferencias en los niveles relativos de estrógeno y progesterona afectan a los lóbulos temporales y la zona límbica, y es posible que la mujer se sienta irritable, nerviosa y vulnerable emocionalmente.
Los estudios sobre los cambios fisiológicos en la mujer, revelan que, además del cambio hormonal que pone fin a la edad reproductora, el sistema nervioso se renueva y el cerebro cambia. Esta renovación de los circuitos del cerebro influye en los pensamientos de la mujer, en su capacidad de concentrarse y en la cantidad de energía que va a los centros intuitivos de los lóbulos temporales.
En nuestra cultura seguimos teniendo la imagen de la “Mujer Menopáusica”, como la mujer “Sufridora”, y es una carga que no ayuda demasiado a evolucionar con salud y plenitud.
» La mujer sufrirá una muerte psicológica, pero el dolor vendrá más por creer la manipulación de la Sociedad moderna, de que es el fin de su vida como mujer. Sufre porque el mundo no reconoce su poder, porque sabe qué ser mujer es mucho más que lo que le han transmitido. Sufre porque no ha sido comprendida…
El duelo que tiene que atravesar, el vacío que tiene que respirar es necesario para soltar lastres y capas de creencias y pensamientos y emociones que no corresponden a lo que ella siente y sabe que es realmente. Pero no pierde nada, gana en sabiduría» Roslyne Sophia Breillart.
Es más que nunca un momento de respeto a la transformación, ya que sus percepciones acerca de lo que son los valores humanos se acentuará, sus sentidos sobre la injusticia y la desigualdad se harán mayores e intentará expresarlos como pueda e intentará consciente o inconscientemente buscar los cambios de aquello que no esté bien en su vida.
Quizá sea uno de los más grandes vacíos. Si es difícil hablar de la Menstruación en nuestra sociedad, más aún lo es el final del ciclo, y este es solo una parte del proceso de la vida. La mujer podrá una vez superados sus cambios físicos poder atender más a sus propias necesidades que a las de los demás y dará menos importancia a ciertos apegos que le generaban preocupación durante la vida fértil. Y podrá aportar toda su experiencia.
Si vamos superando estas barreras culturales, con mayor conciencia se podrá vivir esta nueva fase, en compañía de miles de mujeres que están experimentando la misma transformación.
Es un momento mágico de sanar raíces , de amar el silencio regenerador, de exhalar amor y hallarse siendo parte de la generosa y nutritiva Naturaleza.